Anteriormente, comenzamos a hablar sobre las férulas dentales, una herramienta muy habitual en los últimos años. Si bien entonces nos fijamos en el tipo de férulas, hoy queremos centrarnos en su uso e higiene.

Es probable que durante los primeros días de su utilización, y pese a estar hechas a medida, las férulas provoquen ciertas molestias (especialmente las rígidas). Se recomienda comenzar con su uso durante una o dos horas al día durante la primera semana, antes de pasar a utilizarla durante toda la noche, como es el caso de las férulas de descarga. Además debemos recordar que para que una férula dental cumpla con su función, es importante mantener la constancia.

En cuanto a su higiene se refiere, debemos cumplir escrupulosamente con ella, ya que es vital para nuestra propia higiene y el mantenimiento de las propias férulas. Aunque las férulas están fabricadas con resinas totalmente inocuas para el organismo, la boca está llena de bacterias y cuantas más medidas llevemos a cabo por mantenerla sana, más probabilidades tendemos que evitar la proliferación de infecciones. Son por estas razones las que debemos limpiar la férula después de cada uso y aclararla correctamente antes de dejarla secar. Existen producto específicos para realizar esta tarea, similares a los utilizados para limpiar las prótesis dentales.