Los riesgos de los piercings en la boca

Colocar un piercing en la boca es una práctica aparentemente sencilla pero que puede traer graves problemas dentales. En muchos casos no se tienen complicaciones, pero las consecuencias pueden ser muy distintas: desde desperfectos en el esmalte hasta la pérdida completa de un diente.

Son numerosos los estudios que profesionales de la odontología han realizado para ver las complicaciones que estos adornos podrían provocar en la salud bucodental:

– De este modo un piercing colocado en la lengua puede provocar daños principalmente por detrás de la encía inferior, e incluso se puede llegar a fracturar una pieza dental por morder la bola del piercing.

– Los colocados en el labio inferior pueden crear retracción de hasta 8 mm en las encías inferiores, apareciendo sensibilidad dental y movimiento de las piezas.

– Los colocados en el labio superior pueden conllevar también retracciones en las encías, pero en este caso menores que los anteriores citados.

En algunos casos, incluso puede detectarse que el daño causado ya es tarde para el diente, y hay que extraerlo para en un futuro reponer su ausencia con implante dental. En otros casos a pesar de la retracción originada por el piercing aún se puede realizar un injerto de encía solucionando los daños. El injerto de encía es un tratamiento que se basa en coger tejido del paladar y trasladarlo a la zona afectada.

No es que deba descartarse completamente la idea de colocar un piercing en la boca, pero siempre es mejor informarse muy bien de los riesgos que conlleva y hablarlo con un odontólogo profesional.

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